Lentamente, me fui dando cuenta que mi vida,
es MI VIDA. Cuántas veces "actué" para los otros, cuántas veces me dejé afuera de la función, cuántas veces acudí a escenas que no me identificaban.
Cuántas veces esperé los aplausos de los otros para alimentar mi ego
(hablo del ego que necesita y reclama, no del ego que nos hace ser mejores).
Hasta que un día decidí abrir la puerta de la sala y le pedí a todos que se vayan, porque antes tenía que brindar el mejor espectáculo a una sola persona: YO.
Y así, subí al escenario de mi existencia, para brindarme entera en cada segundo, disfrutar del silencio, bailar, reír y llorar, solo para mí.
De eso se trata la Magia de estar viva: ser protagonista de tu propia historia, ser la que brilla en el escenario y la que se aplaude, para luego poder disfrutar de la mejor obra en compañía de los que supieron esperarme...
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¡Te deseo una gran función!
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