viernes, 6 de diciembre de 2024

"LA OBEDIENCIA"

              

Laura y su cachorro Botas.
Había una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Laura, que tenía una mascota muy especial: un cachorro llamado Botas.
Botas era un perrito curioso y juguetón, siempre estaba explorando cada rincón y descubriendo nuevos lugares para jugar.
Laura adoraba a Botas, pero a veces el perrito era un poco desobediente.
Un día, Laura y Botas decidieron dar un paseo por el bosque cercano a su casa. Antes de salir, la madre de Laura le recordó que no debía alejarse demasiado del sendero principal, ya que el bosque era muy grande y que fácil podían perderse.
Laura prometió que seguiría el consejo de su madre y mantendría a Botas bajo control.
Durante el paseo, Botas encontró un rastro de olor muy interesante y, sin pensarlo dos veces, empezó a correr en dirección opuesta al sendero. Laura, preocupada por su amigo, decidió seguirlo sin recordar la advertencia de su madre. Botas se adentró cada vez más en el bosque, y pronto Laura se dio cuenta de que estaban perdidos.
Laura intentó llamar a Botas, pero el cachorro estaba tan emocionado por su descubrimiento que no prestaba atención. Laura comenzó a sentirse asustada y recordó las palabras de su madre. En ese momento, decidió que debía encontrar una forma de regresar al sendero principal y hacer que Botas la siguiera.
Laura tuvo una idea: sacó de su mochila una cuerda y un juguete que a Botas le encantaba. Mostró el juguete a Botas y comenzó a caminar de regreso por el camino por el que habían venido. Botas, al ver su juguete favorito, empezó a seguirla, pero de manera juguetona.
Laura continuó caminando y manteniendo a Botas cerca.
Después de un tiempo, Laura finalmente reconoció el sendero principal y respiró aliviada. Botas también se mostró contento al regresar al camino familiar. Laura se dio cuenta de la importancia de seguir las instrucciones y de mantener a su amigo a salvo.
Cuando regresaron a casa, Laura contó a su madre lo que había sucedido y cómo había logrado regresar al sendero. Su madre la felicitó por su ingenio y le recordó nuevamente lo importante que es obedecer para mantenerse a salvo...
Moraleja:
La obediencia no es solo seguir reglas sin razón; es una forma de mantenernos a salvo y cuidar de los que amamos. A veces, una pequeña desobediencia puede llevarnos a situaciones peligrosas, pero con ingenio y responsabilidad, siempre podemos encontrar el camino de regreso.

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