No permitas que nadie robe tu paz y alegría. Tu tranquilidad y felicidad son tesoros que debes proteger. Las opiniones negativas, las críticas injustas o las actitudes tóxicas de otros no merecen el poder de alterar tu bienestar interior. Mantén tu corazón y mente enfocados en lo que te hace sentir bien, y rodéate de personas y situaciones que alimenten tu espíritu. Recuerda, tu paz es tuya, y nadie tiene el derecho de arrebatártela.
No dejes que nada ni nadie robe tu paz ni tu alegría de vivir. Por esta vida pasamos una vez, por ende procura utilizar tu tiempo en lo que realmente valga la pena, en lo que te llene el corazón y en aquello donde ayudes a otro a crecer también.
Te envió una lluvia de sonrisas y un mar de alegría para tu vida.
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